Herminia Lægreid
Despierta de nuevo la madrugada:
Extiende los brazos, tiembla, bosteza;
aparta a la luna de su cabeza
con su sábana de luz plateada
Posa la muerte su zarpa escarchada
sobre el carámbano de la tristeza;
el alba trae la amarga certeza
de otro día en el altar de la nada
La nieve ha cubierto el límpido espejo
en el lago de los viejos amantes
donde el amor tuvo loco reflejo.
El brillo de los amados diamantes
y la seda del alegre cortejo;
sombras son hoy de fugaces instantes
No hay comentarios:
Publicar un comentario