Àngela Genoveva
Aquella tarde un salmo había rezado
lloraba muy afligida su partida
yo no podía pensar, me sentía ida
Ya todo estaba escrito por el hado.
El jardín de la casa era arbolado
ellos también lloraban su caída
los versos que escribió toda su vida
los guardo en un baúl muy bien cerrado.
Las estrellas calladas no brillaron
la luna lo esperó con un andante
y en el cielo las fuentes sollozaron.
Los valles y montañas lo acunaron
le rezaron un réquiem al instante
y todos los poetas le cantaron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario