jueves, 1 de diciembre de 2011

Mozart




Àngela Genoveva


El adagio de Mozart que interpreto


juega con la arboleda de la tarde


con esas notas verdes sin alarde


que cantan en mi piano su soneto.






Quiero llevar el verso con respeto


reverenciar su música que arde


en esa melodía que en la tarde


resplandece en el alma del soneto.






El adagio lo plasma en un boceto


el cielo, el horizonte y las estrellas


su dulce melodía es el secreto






Que sirve a las flores de amuleto


sus pétalos azules son las huellas


que cantan en mi piano su soneto.

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