Àngela Genoveva
El adagio de Mozart que interpreto
juega con la arboleda de la tarde
con esas notas verdes sin alarde
que cantan en mi piano su soneto.
Quiero llevar el verso con respeto
reverenciar su música que arde
en esa melodía que en la tarde
resplandece en el alma del soneto.
El adagio lo plasma en un boceto
el cielo, el horizonte y las estrellas
su dulce melodía es el secreto
Que sirve a las flores de amuleto
sus pétalos azules son las huellas
que cantan en mi piano su soneto.
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